El frenazo del sector exterior entre julio y septiembre fue el principal factor que contribuyó a moderar una décima el crecimiento del PIB en este periodo, de acuerdo con los datos que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística. Con ello, la actividad económica avanzó a un ritmo del
0,8% respecto al segundo trimestre, de acuerdo con los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral. La tasa interanual, por su parte, se sitúa en el 3,1% y encadena 15 trimestres en positivo y diez registros consecutivos por encima del 3%.
De forma más específica, las exportaciones se mantuvieron congeladas entre julio y septiembre, igual que sucedió con las importaciones. Esta situación contrasta con la situación que se vivió en el segundo trimestre del año, cuando las exportaciones subieron un 0,1% y las compras al exterior cayeron un 0,7%, pero sobre todo con la coyuntura del primer trimestre del año, cuando las exportaciones avanzaban a un ritmo del 3,2%.
El sector exterior fue el gran elemento que retrajo el crecimiento del PIB, dado que tanto el consumo privado como el público mantuvieron un ritmo de avance estable, mientras que la inversión se aceleró. En concreto, entre julio y septiembre el gasto de los hogares creció un 0,7%,
mientras que el de la Administración avanzó un 0,4%, repitiendo en ambos casos los registros entre julio y septiembre.
La inversión, por su parte, aceleró siete décimas, hasta el 1,3%, debido al fuerte repunte de la inversión en bienes de equipo, que pasó de un retroceso del 0,1% en el segundo trimestre a un avance del 2,5% en el tercero. En la construcción, en cambio, se moderó la inversión siete décimas,
hasta el 0,3%.
Con este dato, el PIB encadena ya 16 trimestres consecutivos en positivo. Sin embargo, la moderación despierta las dudas de si España ya ha ganado la suficiente tracción como para mantener el pulso del crecimiento al margen del sector exterior. Además, el hecho de que buena parte de este incremento del consumo se haya basado en dos factores coyunturales pasajeros (la
demanda retenida durante la crisis y la caída de los precios del petróleo, que ha aliviado el
bolsillo de los consumidores), unido al hecho de que este consumo está apoyado por un
crecimiento del crédito y no del ahorro y las rentas, suscita las dudas sobre cuánto tiempo
se mantendrá este empuje interno.
Por otra parte, el empleo, medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo,
creció un 0,8% en tasa trimestral, una décima menos que en el trimestre anterior.
En términos interanuales, la ocupación creció a una tasa del 2,9%, sumando medio millón
de puestos de trabajo.
Buenas perspectivas
Además, el ministro de Economía, Luis de Guindos, señaló ayer que el crecimiento cuenta con una “inercia positiva” de cara al cuarto trimestre, por lo que el dato en la recta final del año será “muy
parecido” al último registro. Pese a la “desaceleración importante” en Cataluña, que cree que se atenuará en los próximos meses, tras la aplicación del artículo 155, De Guindos ve “garantizado”
que la economía española crecerá un 3,1% en el conjunto del año. En este sentido, señaló que las dos palancas fundamentales del crecimiento económico son la inversión en equipo y las exportaciones de bienes y servicios, con un alza del 6% en tasa interanual.
Además, dijo que se constata “mucha” creación de empleo, un reflejo de que la economía española es “competitiva”.
Fuente: expansión